El edificio es enorme, pero de ir tantas veces se descubren unos accesos que permiten entrar cualquier día y a cualquier hora. Ventajas que fuimos adquiriendo. Era el primer viernes de Cuaresma. Abrir la puerta 252 era abrir un regalo y una caja de sorpresa a la vez.
Así comenzó el cabildo improvisado: múltiples estampitas presidían esta importante sala, asistieron el tesorero segundo, un ex presidente del Consejo, dos penitentes, uno de la Misericordia y otro de Jesús, y el que suscribe estas líneas. Claro, con mi comentario como inicio de este cabildo me gané, una vez más, mi fama… “en Carmona venden un manto que sería estupendo para la Soledad”. Junto a la ventana, el secretario de la Hermandad de la Humildad y Paciencia dirigía el cabildo, acompañado de su incondicional y ejemplar esposa. No dudó: “busca el teléfono del hermano mayor de Carmona que lo vamos a comprar”.
Perplejidad pues, a pesar de mi comentario, no entraba esa iniciativa en el orden del día. Vimos algunas fotos, lo describí y, una vez más, su mirada directa, segura y un leve fruncido en su ceño: “¿Has buscado ya el teléfono? Te he dicho que lo busques”. Eran días de delicada salud.
Al día siguiente Rober no se resistió y llamó al teléfono que me proporcionaron, el lunes fuimos a verlo… y el manto acabó cubriendo a la Virgen de la Soledad el Jueves Santo.
Escribir sobre la Semana Santa de Osuna, su historia y su patrimonio artístico es mi parapeto para poder dedicarle estas palabras a Javi Reina, porque si lo hago como su amigo no podría. La ilusión y ahínco con que afrontaba sus empresas personales, laborales o altruistas le llevó a liderar la compra del nuevo manto para nuestra Virgen de la Soledad. Así acogió también su enfermedad, santificando su vida al Señor mediante esa dolorosa circunstancia. Una actitud a imitar.
Gracias Dios mío por darme a Javi Reina, mi mejor amigo, y por haberte reconocido en su enfermedad. Más que nunca entiendo el misterio de Tu muerte y resurrección.
El manto camaronero de la Macarena, el de los Apóstoles de la Virgen del Rocío, el de las palomas de la Virgen de los Dolores de Córdoba, el de los alféreces de la Virgen de las Angustias de Granada… y ahora a esta lista añadimos el manto “del Virgen del Rocío” de María Santísima de la Soledad de Osuna.
Te quiero, Javi.
Antonio Morón
